Hola, holita!
A ver si nos ponemos las pilas con esto del blog que parece que vamos teniendo visitillas y a la gente le gusta saber de nosotras :D
Así que vamos al lío, porque sí, una vez más estoy aquí para contaros un día juntas (qué novedad!). Ahí voy:
Empezamos nuestro domingo en Covent Garden donde, sin nosotras saberlo, había una exposición de huevos muy maja:
Con Peter Rabbit (cuando se la enseñé a Lola
le exigió a Lynda que la llevara).
Aquí la señora en una foto obligada con su antiguo yo.
"Dora, Dora, Dora, Dora the explorer"
Y con el conejito de Lindt que es muy mono,
pero que sigo sin entender por qué está ahí...
Y luego, un poco más adelante, nos encontramos con unas rejas con los candados amarrados al más puro estilo "Tengo ganas de tí". A:"Joder tia, la gente se ha vuelto loca, mira cuántos". R:"pero que tiene que ser por algo en especial, son todos iguales. ¡Qué bonito! Mira, ahí esta el puesto, ¿cogemos uno?". Y, como no era muy caro y además lo ganado iba a la asociación de... no se qué jajaj, pues compramos uno y nos declaramos nuestro amor eterno.
Nuestras preciosas declaraciones de amor. ¡Te lof yu, teta!
Y de ahí nos fuimos en busca de un sitio para comer y, de casualidad, aparecimos en la calle Fleet (que así dicho puede no deciros nada, pero si habéis visto Sweeney Todd os tiene que sonar).
Vale, no es la calle Fleet, pero (según la señora jajaj) es la casa donde
Helena Bonham Carter (no me acuerdo del nombre del personaje)
hacía los riquísimos pasteles de carne humana.
El callejón en el que se ve los pasadizos subterráneos
donde los muertos se remataban rompiéndose el pescuezo.
Yo salgo en una postura de acojone total. La verdad es que el callejón tenía lo suyo,
que ahí salimos con el flashazo, pero estaba oscurito y era creepy, creepy.
Y ya, para terminar la visita friki, Rocío se hizo una foto llamando a Johanna
("I fell you, Johanna).
Nuevamente, si no habéis visto la peli, os va a sonar a chino.
Os tengo que contar una cosa. Nosotras tampoco lo sabíamos hasta el domingo, pero hemos venido a Londres con el único propósito de descubrir el mejor cupcake de la región. ¡Si no no entiendo como acabamos siempre comprando uno!
Más feliz que un regaliz con mi mini zanahoria.
Cupcake de zanahoria y de chocolate con icing de vainilla.
Veredicto: el de zanahoria estaba bueno, pero tampoco era nada del otro mundo y el bizcocho del de chocolate estaba que te mueres... Yo les daría un 6/10. Vamos, que con la cantidad de tiendas que hay, no volvería (así que, el finde que viene, a por otros jajaj)
Eso sí, nos pusieron un chupinazo de vodk... agua que mirad como
sentó a la Ponyo, estaba a tope!
Después nos fuimos a pasear un rato y, cómo no, a montar el númerito (spanish people...). Llegamos a Trafalgar Square y nos hicimos una foto en la fuente:
Sí, tenemos la misma postura.
Y nos dirigimos a los leoncitos de en frente. El caso es que veíamos niños subidos en los leones y dije, pues yo no voy a ser menos (si no la conocíais os presento mi faceta cabra loca). Al principio intenté subir a la plataforma y encarar al bicho por detrás (¡mal pensados!), pero tenía un culo bien hermosote (el bicho, no yo ¬¬) y me daba miedo oiga. Así que lo intenté por delante en uno que estaba solitario (excepto por un chico apoyado en él que fue muy listo y cuando lo empecé a intentar desapareció). Y en fin... No podía y no podía, la gente nos miraba porque nosotras nos estábamos muriendo de la risa y llegamos a tener un momento remeber de nuestra infancia al recrear el momento "muerte de Mufasa a manos de Scar":
Pero me congratula decirles que finalmente (gracias a un empujón en el culo de la señora Rocío y el uso de la "croqueta") conseguí subirme al poyete (lo de subirme a lomos del león lo dejé para otro día) ante la atenta mirada de Rocío y 10 personas más que les faltó poco menos que aplaudirme por el tremebundo esfuerzo (en serio, sigo sin saber cuándo apareció toda esa gente).
Continuamos nuestra aventura hacia el palacio de Buckingham, donde me planteé por qué la gente ve agua y tira monedas (más bien me planteé cogerlas jajaj). Y la señora se hizo su foto ¿mística? no me acuerdo como la llamaste.
Y ya por último decidimos pasarnos por Abercrombie (la tienda de los machotes y machotas) sin saber muy bien donde estaba. Y os lo creeréis o no, pero llegamos a ella por el olor. Nos bajamos del autobús donde pensábamos que era pero no la encontrábamos y entonces R:"esos dos huelen a Abercrombie" A:"Ya te digo... Pues vienen de allí, vamos!". Y efectivamente, allí estaba...
Oy, oy, oy... Qué sonrrientes maja!
Os dejo dos fotos más de regalo, una enseñándoos el solecito que nos hizo y otra con las estatuas del Green Park que nos dieron un susto que pa qué.
Y eso es to, eso es to, eso es todo amigos! Besitos a porrón.
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